El sistema automático SuperFrost convierte la congelación en un sencillo y, desde el punto de vista energético, ahorrativo placer. Se hace cargo del rápido descenso de la temperatura, hasta los -32 °C, creando así la reserva de frío necesaria para congelar preservando las vitaminas. Tan pronto como el proceso de congelación concluya, se desconecta el sistema automático SuperFrost tras un máximo de 65 horas volviendo al modo de servicio normal y cooperando al ahorro de corriente eléctrica.