Almacenar y degustar correctamente grandes vinos

La maduración de la uva, la elaboración y el almacenamiento, y, por fin, la degustación, en el vino todo es cuestión de temperatura.
Desde el primer brote de la cepa hasta el embotellado, el viticultor se ocupa con entrega, minuciosidad y sabiduría de que solo el mejor caldo llegue al vidrio. Los blancos maduran al menos varios meses en barrica o tanques especiales hasta que están listos para embotellar. La elaboración de los tintos, con frecuencia, puede durar incluso varios años. Pero incluso entonces muchos vinos siguen sin alcanzar el clímax de su aroma. Con las condiciones de almacenamiento adecuadas, el vino puede seguir envejeciendo en la botella y seguir mejorando sin cesar.
Frescura uniforme: el clima de ensueño para el vino
Tanto en invierno como en verano, el vino necesita temperatura constante. Asimismo, los rayos UV deben incidir lo menos posible en las valiosas botellas como aromas y olores de cualquier tipo. Incluso el aire seco y las sacudidas afectan a la calidad del vino. En el armario para vino de Liebherr encuentran los excelentes caldos las condiciones óptimas de almacenamiento para el máximo disfrute.
Competencia enológica de Liebherr
La plantación y la elaboración de vino es laboriosa y exige minuciosidad y profesionalidad. El vídeo documenta los procesos y explica por qué su vino no se puede encontrar en un lugar mejor que el armario Liebherr.
Dejar reposar y madurar

El champagne vive en la botella su segunda fermentación.
Afrutado como la manzana, floral como la lila, especiado como la canela... Los buenos conocedores del vino lo describen con comparaciones gráficas los delicados aromas y matices olorosos de la paleta sensorial del buen vino. La variedad, las características del suelo y el momento de la vendimia influyen en gran medida en el sabor, así como el tipo y la forma de la elaboración. Pero, tras el embotellado, continúa afinándose: en palabras de los expertos, envejeciendo en botella. Muchos vinos alcanzan solo entonces el sabor perfecto.

Para el envejecimiento en botella, el vino debe hallarse protegido de los influjos ambientales.
Proceso de envejecimiento en botella
Durante el envejecimiento en botella, los distintos componentes del vino, como los ácidos o los taninos y los pigmentos. Al hacerlo, conforman intensas notas de madera y pueden seguir desarrollándose aromas afrutados. Según el tipo de vino, pueden transcurrir varios años hasta que se desarrolle todo el aroma. Mientras sucede, puede ocurrir que el influjo ambiental, como los olores, falseen el aroma, incluso aunque se encuentre en un estante abierto en la cocina. Por eso no todas las bodegas sirven como bodega de vino.

El corcho natural conserva su calidad con humedades superiores al 50 %.
Así es el envejecimiento en botella
- En una botella atemperada de forma constante a entre 10 y 12 °C pueden desarrollarse mejor los aromas del vino. El calor afecta al envejecimiento y estropea las finas notas de sabor.
- El oxigeno afecta al envejecimiento y penetra en la botella sobre todo cuando se seca el corcho.
- Una humedad superior al 50 % conserva intacto el corcho: la botella permanece hermética, y el vino, protegido.
Un armario para vino de Liebherr proporciona unas condiciones de almacenamiento constantes, por lo que es el entorno ideal para el envejecimiento del vino en botella.
Vídeo

Creando las condiciones óptimas de almacenamiento
Un vino de calidad debe reposar en condiciones controladas. Solo así se pueden desarrollar en la botella los complejos matices de aroma y sabor. Las sacudidas, los olores y la luz solar perjudican ese proceso. La luz solar puede desatar procesos bioquímicos en el vino que le hagan perder sabor y color. También perjudican al delicado caldo las sacudidas y las vibraciones. Si las moléculas del vino se arremolinan unas con otras, el proceso natural de envejecimiento se ve afectado.
Tecnología punta para amantes del vino
Placer sorbo a sorbo
Ha llegado el gran momento: se descorcha una botella de un buen vino. Con el almacenamiento correcto, podrá desplegar todo su aroma. Para disfrutarlo al máximo, la botella debe atemperarse a la temperatura ideal para el consumo antes de abrirse.

Al contacto con el oxígeno, el vino despliega su aroma en la copa.
¿Cuál es la temperatura ideal para el consumo?
Los tintos se sirven a una temperatura de entre 14 °C y 18 °C. En principio, la norma es: cuanto más viejo y más cuerpo tenga, más alta será la temperatura. Un vino blanco más seco y más joven se puede beber a 8 °C. Los blancos más maduros y con más contenido despliegan su aroma incluso a los 12 °C, mientras que los vinos dulces lo hacen con algunos grados menos, es decir, entre 6 °C y 8 °C. Y, para que el cava o el champagne burbujeen en el paladar con frescura, deben estar enfriados al menos a 8 °C. En cualquier caso, para todas las indicaciones sobre la temperatura se aplica la regla de oro de que el gusto personal es el que decide. Pruebe a qué temperatura le resulta más placentero el consumo.

Antes de pasar a jarra, el vino debe enfriarse en el armario para vino.
¿Decantado u oreado?
No todos los vinos ganan al pasarlos a una jarra con toda la agitación que conlleva. Un tinto almacenado largo tiempo debe trasladarse cuidadosamente a un decantador fino para separar los posos del vino. Debe usarse un recipiente con la menor superficie posible, ya que el contacto con el oxígeno puede oxidar los vinos más viejos y picarlos.
Los tintos jóvenes que no han alcanzado aún la madurez recomendada sí se pasan a jarra. Si se trasladan a una jarra con barriga, los aromas pueden desplegarse al contacto con el oxígeno y volverse más armónicos.

La copa correcta acentúa el carácter individual del vino.
¿Qué copa usar para cada vino?
También la forma de la copa influye en el disfrute del vino. Los tintos viejos despliegan su paleta de aromas en copas altas con barriga. Las copas curvas acentúan los matices afrutados de los blancos jóvenes. El espumoso pica y burbujea con más alegría en copas finas aflautadas. La forma aflautada evita que el dióxido de carbono se evapore rápido y permite la formación de espuma del champagne.
Desde la elección de la temperatura para servir hasta la de la copa correcta: el vino es uno de los bienes culturales más antiguos y constituye un placer milenario. Los armarios para vino de Liebherr proporcionan el almacenamiento óptimo para el vino y la temperatura perfecta para servirlo. Para que tenga lista la botella apropiada para cada ocasión y pueda disfrutar de verdad de su vino.

Serie Vinidor: la vista aumentada muestra la distribución de las zonas de temperatura.
Serie Vinidor
Los aparatos Vinidor disponen de dos o tres cajones de vino que se pueden regular independientemente unos de otros entre +5 °C y +20 °C. Ello permite usarlos con la máxima flexibilidad. Así se pueden almacenar a la ve tintos, blancos y espumosos a la respectiva temperatura óptima de consumo. Pero los armarios de la serie Vinidor también proporciona las condiciones perfectas para el almacenamiento prolongado del vino. Mediante los distintos tamaños de los cajones y la regulación flexible de la temperatura, se pueden adaptar a cada vinoteca.

Armarios climatizados para vino: la vista aumentada muestra la distribución de las zonas de temperatura.
Armarios climatizados para vino
Los armarios climatizados para vino crean condiciones de almacenamiento similares a las de las bodegas. En todo el espacio interior se mantiene una temperatura constante regulada electrónicamente. Gracias a ello, los armarios climatizados resultan perfectos para el almacenamiento y el envejecimiento prolongado del vino. Gracias a la flexible selección de la temperatura, entre +5 °C y +20 °C, se puede optar también por mantener una mayor selección de botellas preparadas a temperatura de consumo. En las series GrandCru y Vinothek, Liebherr ofrece distintos tamaños y equipamientos.